Frase del día

sábado, 25 de junio de 2016

Las Kenningar en la Tierra Media




A lo largo de su vida, Tolkien tuvo influencias muy notables de varias regiones del mundo, en especial nórdicas, germánicas y anglosajonas. Una de las herramientas más notables de esta literatura fue el uso de las kenningar 

El kenning es una palabra islandesa que significa "descripción" y es empleada como un término para designar aquellos compuestos descriptivos pictóricos o expresiones breves que pueden emplearse en lugar de la simple palabra normal. Por lo tanto decir "Navegó sobre el baño de alcatraz" (ganotes baep) es emplear un kenning para el mar. Podríamos, por supuesto, crear un kenning nosotros mismos, de hecho, todos ellos debieron en algún momento haber sido producidos por algún poeta; pero la tradición del lenguaje poético inglés tiene un número limitado de kenning para tales cosas como el mar, la batalla, los guerreros, etc. 

la espada era la "Vara de la Ira"; el barco era el "Potro de la Ola"; los ojos eran las "Piedras de la Cara"; el pecho era el "Asiento de las Carcajadas"; el río era la "Sangre de los Peñascos"; el guerrero era el "Teñidor de Espadas"; el corazón era "La Piedra del Brío", la poesía era el "Licor de Odín"; el viento era "El Lobo de los Cordajes"; la cerveza era "La Marea de la Copa" y un largo etcétera

Muy pronto los poetas y compositores descubrieron que la utilidad de las kenningar eran algo más que una herramienta práctica de sustitución. Es decir, descubrieron la metáfora.

Las kenningar también se usan en la modernidad. Como curiosidad, quizá poca gente sepa que todos los títulos de la saga de fantasía épica Canción de hielo y fuego, de George R. Martin, son kenningar. Por ejemplo: Festín de Cuervos (un cadáver) o Tormenta de Espadas (una batalla). El título de El Señor de los Anillos, de Tolkien, también parecería ser una kenningar: un Señor de los Anillos era un rey, no porque llevara un puñado de anillos en sus dedos, sino porque los príncipes nórdicos obsequiaban anillos como recompensa por triunfos militares a sus lugartenientes.


Ahora bien, estas metáforas del lenguaje son influenciadas por la cultura donde se desarrollan. Así pues si pensamos en un kenning para el mar como El Camino de las Focas (seolhpapu), tendría poco sentido en regiones de mesoamérica donde no habitan las focas y sin embargo existe el mar.

Así pues, Tolkien se enfrentó a la necesidad de inventar nuevos kennings si es que quería usarlos en su obra basados en la mitología que estaba desarrollando desde los Cuentos Perdidos. En los años 20s desarrollo algunas de las Baladas de su historia en verso aliterado (estructura usada para literatura nórdica e islandesa) y en ella podemos encontrar algunos kenningar que poco sentido tendrían fuera de la obra.

Por ejemplo, se usa la palabra Quenya falmarindi, que significa "Jinetes de la Espuma" para designar a los elfos que viven cerca del mar (Los Teleri) o también se llegó a usar la palabra Solosimpi que significa "Los Flautistas de la Costa". "La Esquife de Plata" (Ilsaluntë) se usa para designar a la Luna (Esquife es un navío, lo cual tiene sentido si conocemos el Narsilion o Cuento del Sol y la Luna) y también se usa Crithosceleg "El Disco de Vidrio". En la Caida de Gondolin tenemos "Los Ríos de Fuego", que se refieren a las serpientes de Morgoth cuando bajaban por las colinas, Los Dragones. "La Furia de Ossë", significa tormenta, entre muchos otros.

Recordemos que Tolkien era filólogo, amante de las palabras, pues las palabras representan ideas. Y además era Filómito, amante de mitos ya que para Tolkien los Mitos representaban formas de transmitir una verdad absoluta. Cuando Tolkien escribe El Señor de los Anillos menciona que su intención era hacer una historia donde el saludo habitual sea "elen síla lúmenn' omentielvo" (Una estrella se ilumina a la hora de nuestro encuentro) lo cual tiene un trasfondo mitológico, ya que los elfos nacieron bajo la luz de las estrellas. 

En Beowulf encontramos también la figura del kenning y Tolkien en su traducción describe y profundiza sobre el significado de algunos de ellos. Por ejemplo "El camino de las ballenas" que se refiere al mar (hronráde) contiene dos partes: rad que es el ancestro de road (vía/camino) pero no significa road, sino que rad es el sustantivo de ride (cabalgar) es decir, moviendose como lo hace un caballo. La otra raiz de la palabra es hron que se refiere a una clase de ballena o familia de mamíferos semejantes a los peces, pero no específicamente ballena, cuya palabra es hwael.. En un texto se dice que un hwael es siete veces mayor en tamaño a un hron y por tanto esta última se refiere específicamente al delfín. En conclusión el kenning hronráde significa literalmente "El lugar donde cabalga el delfín".

El problema que tuvieron las kenningar fue que se hicieron complejas y muy elaboradas, donde en dos o tres estrofas se usan muchas kenningar, para representar de forma poética algo muy sencillo. Por ejemplo:
El fuego de la camisa de guerra (la espada)
Las bahías del fuego de la camisa de guerra (las heridas)
El halcón de las bahías de fuego de la camisa de guerra (el cuervo)
El que alimenta al halcón de las bahías de fuego de la camisa de guerra (el guerrero)
Donde se alegra aquel que alimenta al halcón de las bahías de fuego de la camisa de guerra (la batalla)

Así pues el profesor fue muy cuidadoso de no usar indiscriminadamente las kenningar en todo momento, sino solo como metáforas en algunos casos, pero esos casos ayudan a dar el trasfondo mitológico de su obra, porque cuentan historias de un pasado remoto. Cuando se habla de El Daño de Durin, evoca toda una historia de la caída de Khazad Dum por un demonio de la oscuridad. El hablar de El rescate de la foca tiene un trasfondo en la mitología nórdica y que no tiene sentido si no conocemos la historia para saber que se refiere al Oro. Si alguien que no conociera el cristianismo escuchara la expresión El Fruto del vientre de la Virgen, quizá entendería poco del significado. Las kenningar no solo son metáforas, sino que son metáforas con un trasfondo mítico y así era como trabajaba Tolkien. Muchos autores hoy en día inventan lenguajes para sus historias, mientras que Tolkien inventaba historias para sus lenguajes. Así, si un día se le ocurría "La esquife de plata" para referirse a la luna, tenía que descubrir que significaba, que historia había detrás de esa frase. 

Es muy conocido que uno de los primeros personajes de la mitología de la Tierra Media fue Earendil que surgió de un verso en inglés antiguo

Eala Earendel engla beorhtast
Ofer middangeard monnum sended

Salve, Earendel, el más brillante de los ángeles.
Enviado a los hombres sobre la tierra.media

"Sentí una curiosa exitación, como si saliendo de un sueño algo se agitara en mí. Detrás de aquellas palabras había algo muy remoto, raro y hermoso, algo que estaba mucho más allá del inglés antiguo"

Earendel contaba una historia, Tolkien tenía que descubrirla. Poco tardo en darse cuenta que se trataba de una estrella brillante, la estrella que precedía al alba. Venus. Lo interesante fue pensar como llegó ahí. Así surgió su mitología.


¿Que otras palabras recuerdan en la obra del profesor que tengan esta estructura? Dejen sus comentarios 

sábado, 7 de mayo de 2016

La profecía de Tolkien



Soñar no es la Muerte. La mente sigue estando anclada al cuerpo. Ocupa el cuerpo todo el tiempo, mientras éste se encuentre en alguna parte. Y por tanto está en el Tiempo y el Espacio, prestándoles atención.
(JRR Tolkien en Papeles de Notion Club)

A lo largo de las entradas de este blog se han explicado muchas de las ideas que tuvo Tolkien y el cómo las plasmo en su obra. En más de una ocasión he insinuado que sus escritos provienen de algo más allá de la invención, sino que llegaron a el como inspiración, en gran medida a través de los sueños.

En una entrada anterior (El Papel de los sueños en la obra de Tolkien) se vio que los sueños de Tolkien pudieron transmitir una realidad de un pasado remoto y su labor fue descifrarla y plasmarla en sus textos.

En el libro El Camino Perdido, es a través de los sueños que se conectan las historias de un padre y su hijo en distintas épocas conectando al final con la caída de Numenor y la Gran Ola. Lamentablemente este escrito no fue terminado.

Posteriormente llego el cuento Los Papeles del Notion Club, escrito entre 1944 y 1946, justo cuando terminaba lo que sería Las Dos Torres y empezaba El Retorno del Rey. Este cuento insólito muestra el gran conocimiento de Tolkien sobre las obras de ficción y fantasía, donde un grupo de eruditos se reúne para leer y compartir sus obras, tal y como lo hizo Tolkien y Lewis en su tiempo con los Inklings.

En el cuento se va narrando los informes de lo ocurrido en cada uno de los días. Curiosamente Tolkien ubicó las tertulias entre 1980 y 1990, como algo proyectado al futuro. En estas tertulias hablan acerca de los sueños y como a través de estos se pueden ver realidades remotas en el tiempo y el espacio. Uno de los personajes cuenta acerca de lenguas extrañas que llegaron a él a través de sueños (Quenya y Adunaico) y hablaban sobre Sauron y la Caída de Numenor.


Lo interesante viene en la entrada referente al 12 de Junio de 1987 en la cual dos de los personajes entraron en un estado de trance, hablando lenguas Numenoreanas (Adunaico) y vieron una gran tormenta que se aproximaba. En ese momento comenzó a llover:

—¡Ah! ¡Mirad! Hay una sima en medio de los Grandes Mares y las aguas se precipitan en ella en una gran confusión. Los barcos de los Númenóreanos se hunden en el abismo. Se han perdido para siempre. Mirad ahora las águilas de los Señores arrojar su sombra sobre Númenor. La montaña se alza hacia el cielo en llamas y vapores; las colinas se tambalean, se deslizan y caen: la tierra se desmorona. La gloria se ha hundido en las aguas profundas. Barcos oscuros, barcos oscuros huyendo a la oscuridad. Las águilas los persiguen. El viento los empuja, olas como colinas en movimiento. Todo ha desaparecido. ¡La luz se ha ido!
Hubo un rugido de trueno y un resplandor de relámpago en el norte, el sur y el oeste. La habitación de Ramer se encendió con una luz abrasadora y se sacudió hasta quedar a oscuras. La luz eléctrica se había apagado. En la distancia había un murmullo como si se acercara un gran viento. 
—Todo se ha desvanecido. ¡La luz ha desaparecido! —dijo Jeremy . 
Con un gran latigazo la lluvia empezó a caer de pronto como cascadas del cielo, y un viento barrió la ciudad con salvajes alas de furia; su grito se alzó hasta convertirse en un estruendo ensordecedor. Cerca de donde estábamos oí, o creí oír, caer pesadamente una gran mole como una torre, desmoronándose con gran ruido. Antes de que pudiéramos cerrar la ventana con la fuerza de todas las manos presentes y echar las contraventanas detrás, las cortinas volaron por la habitación y el suelo se inundó. 
En medio de toda la confusión, mientras Ramer buscaba una vela, Lowdham se dirigió a Jerry , que estaba encogido en la pared, y le tomó las manos. 
—¡Vamos, Abrazan!—dijo—. Hay trabajo que hacer. Busquemos a nuestra gente y atendamos nuestro curso, antes de que sea demasiado tarde. 
—Es demasiado tarde, Nimruzir —dijo Jeremy—. Los Valar nos odian. Sólo la oscuridad nos aguarda. 
—Puede que detrás de ella haya un poco de luz. ¡Vamos! —dijo Lowdham, y tiró de él hasta levantarlo. A la luz de la llama vacilante de la vela que Ramer tenía ahora en la mano tembló rosa, lo vimos arrastrar a Jeremy hasta la puerta y empujarlo fuera de la habitación. Oímos sus pies tropezando ruidosamente mientras bajaban las escaleras. 
—¡Se ahogarán! —dijo Frankley, dando unos pocos pasos, como para seguirlos—. ¿Qué diablos les pasa? 
—El temor de los Señores del Oeste —dijo Ramer, y le temblaba la voz—. Será mejor que no los sigamos. Creo que su papel en la historia era escapar del mismo borde del Destino. ¡Déjales que escapen!
Y la reunión habría terminado en ese instante, de no ser por el hecho de que el resto de nosotros no podíamos enfrentarnos a la noche y no nos atrevíamos a marcharnos. Durante tres horas permanecimos acurrucados a la débil luz de las velas, mientras la mayor tormenta que recuerda cualquier hombre viviente rugía sobre nosotros: la terrible tempestad del 12 de junio de 1987, que mató a más hombres, derribó más árboles, e hizo caer más torres, puentes y otras obras del Hombre que cien años de temporal. 
(Papeles de Notion Club Noche 67) 

Recordemos que esto fue escrito entre 1944 y 1946 y es curioso que esta tormenta realmente existió. La Gran Tormenta de 1987. La «predicción» de Tolkien sólo falló por cuatro meses. La mayor tormenta que se recuerda afectó al sur de Inglaterra, causando grandes daños, el 16 de octubre de 1987.

Quizá parezca solo una coincidencia literaria, pero Tolkien va más allá. Supone que los Textos del Notion Club se perdieron después de los años 90s y fueron encontrados en el 2012 y publicados en 2014 por el señor Howard Green y éste determina que Los Papeles del Notion Club fueron escritos en los años 40s aunque le parece curioso que se mencione la Gran Tormenta de 1987 y la Gran Explosión de 1975. Así pues, el señor Green propone que los acontecimientos futuros fueron "predichos" por el autor. Habla el Sr Green:
En cualquier caso, la Tempestad no es una simple “inserción”, sino parte fundamental de las entradas desde la Noche 63. Los señores Wormald y Borrow pueden ignorar sus propias pruebas y fechar la composición entera después de 1987, o atenerse a las bien fundadas evidencias del papel, la escritura y el lenguaje, y admitir que alguien o varias personas de la década de 1940 tenían capacidad de “predicción”.
(...)  ahora estoy seguro de que los Papeles son una obra de ficción, y es muy posible que las predicciones (sobre todo de la Tempestad), aun en el caso de que sean genuinas y no meras coincidencias, fueran inconscientes: se trata de un atisbo más de los extraños procesos de la llamada “invención” literaria, de la que tanto se habla en los Papeles».
(Papeles de Notion Club Prologo 2da Edición)  

Así pues, Tolkien no solo hizo una predicción en su cuento que pudo ser coincidencia, sino que descarta la posibilidad de coincidencia y declara que esos acontecimientos los esta prediciendo además de que a través de los sueños pudo ver el futuro y quizá también pasados remotos.

Cuando yo leí esto quedé conmocionado y casi le levanto un altar al profesor. Me parece triste que pocas personas conozcan este hecho y espero que mi pequeño blog contribuya a su difusión, aunque incluya algunos spoilers sobre el cuento de Los Papeles de Notion Club.

Si desean leer el cuento completo, lo pueden encontrar en el volumen 6 de Historia de la Tierra Media "La Caida de Numenor".

sábado, 30 de enero de 2016

La Historia de Eriol

El lenguaje sirve para transmitir ideas y los mitos sirven para transmitir Verdades. Con esa idea en mente, el profesor Tolkien sintió un gran pesar al saber que Inglaterra, su hogar, carecía de una mitología propia a diferencia de otras culturas como los anglosajones, los nórdicos, entre otros. Pero ese pesar fue el que lo llevó a un viaje que duraría toda su vida. Desde los poemas de Korintion hasta las más profundas concepciones sobre el alma y el destino, Tolkien fue perfeccionando un mundo subcreado tan verosimil y completo que hoy en día es difícil pensar que todo haya salido de la mente de un solo hombre. El mismo nos cuenta:
Querría que tuviéramos más de esto atesorado, algo de este mismo carácter y que haya pertenecido a los ingleses. Tuve la idea de crear un cuerpo de leyendas más o menos conexas, desde las más grandes, cosmogónicas, hasta el nivel de los cuentos románticos de hadas (Las mayores apoyadas en las menores, en su contacto con el suelo y las menores extrayendo esplendor de las vastas telas de fondo) que pudiera dedicar sencillamente a Inglaterra, mi país, Deberían poseer el tono y calidad que yo deseaba, mas bien claro y fresco, oler a nuestro "aire" (El clima y suelo del noroeste de Gran Bretaña y las regiones próximas a Europa; no Italia ni Egeo ni mucho menos Oriente) y aunque poseyeran (si yo podía lograrla) la elusiva belleza que algunos llaman céltica (aunque es rara hallarla en los antiguos escritos celtas). Deberían ser elevadas, limpias de vulgaridad y aptas para mentes más adulta de una tierra largamente embebida en la poesía. Yo había de representar por entero algunas de las historias mayores y dejar muchas apenas situadas en el plan y esbozadas. Los ciclos deberían estar vinculados en un tono majestuoso y sin embargo dejar lugar para que otras manos y mentes aportaran música, drama y pintura. Absurdo.
Así surge Ottor Wæfre (el errante), un hombre que vivió cerca del siglo IX d.C y que serviría como lazo entre nuestro mundo conocido y el mundo subcreado gracias al viaje que emprendió a la Isla Solitaria (Tol Eressea).

Ottor vivió toda una vida sobre las aguas. Su padre se llamaba Eoh (que significa caballo); y Eoh fue muerto por su hermano Beorn, en La Gran Batalla. Ottor Wæfre se asentó en la isla de Heligoland en el Mar del Norte, y se casó con una mujer llamada Cwén; tuvieron dos hijos llamados Hengest y Horsa. La añoranza por el mar invadió a Ottor Wæfre.  y después de la muerte de Cwén, Ottor dejó a sus jóvenes hijos. Hengest y Horsa vengaron a Eoh y se convirtieron en grandes capitanes; pero Ottor Wæfre se fue a la mar.

Un día, después de mucho navegar, llegó a una isla hermosa, donde las luces de la tarde encendían las ventanas de un pueblo perdido. Los Elfos. Allí se acercó a la cabaña del Juego Perdido donde vivió un tiempo y fue llamado Eriol "El que sueña solo" y ahí escuchó historias sobre los Ainur y la creación del mundo, la creación de los árboles y la llegada de los elfos bajo las estrellas, la traición de Melko y el robo de los Silmarili, la historia del Sol y la Luna y el ocultamiento de Valinor, la Guerra de las Joyas, la gesta de Beren y Luthien, la tragedia de los Hijos de Hurin, la historia del collar de los enanos, la Caida de Gondolin y el gran viaje de Earendil, el más grande marinero que se elevó al firmamento.

Eriol quedó fascinado con las historias y quiso saberlo todo acerca de los Elfos. Pero mientras no bebiera el limpë, la bebida sagrada de los elfos, no podría hacerlo. 

El limpë es una bebida que fue entregada a los elfos que fueron a la Isla Solitaria, después de la guerra de la cólera y bebiéndola sus corazones se mantienen jóvenes y las bocas se llenan de cantos, pero esa bebida sólo Meril, la señora de la isla, puede darla a aquellos que no son de la raza de los Eldar. Después de haberla bebido, los Hombres se quedan a vivir para siempre con los Eldar de la Isla hasta que llegue la hora de partir en busca de las familias perdidas.

Así fue que Eriol emprendió el viaje en búsqueda del limpë. Se marchó a Tavrobel para encontrarse con Gilfanon, el más viejo de los elfos y se quedó en la Casa de las Cien Chimeneas, porque ésta era la última condición para beber limpë. Gilfanon le pide que escriba todo lo que ha escuchado antes de beberlo y así surge el Libro Dorado de Tavrobel.


Cuando Eriol le suplicó a Meril-i-Turinqi que le diera de beber limpë incluso ella se mostró severa:
Si bebes esta bebida ... si en la Partida los Eldar y los Hombres libran una guerra deberías estar con nosotros en contra de los tuyos, y no podrías volver a tu patria aun cuando te royera la nostalgia ...Un día de otoño soplarán los vientos y una gaviota arrastrada, quizá, se lamentará en lo alto, y entonces recordarás con desolada nostalgia las negras costas de tu país
 A pesar de esto, Eriol es digno de beber el limpë y Gilfanon le habló de lo que sucedería después de eso; cuenta que Tol Eressea se convertirá en ciudad de Hombres y le habló del Gran Final, la destrucción de las cosas y la gran batalla en los valles de Valinor donde Melko sería definitivamente derrotado pero solo con la ayuda de los hombres.

Según la profecía de los Elfos, un día se marcharán de Tol Eressëa y, al llegar al mundo, congregarán a todos los de su debilitado linaje que aún vivan en el mundo y juntos partirán rumbo a Valinor a través de las tierras meridionales. Sólo podrán hacerlo con la ayuda de los Hombres. Si los Hombres les ayudan, las hadas conducirán a los Hombres a Valinor -a los que deseen ir-, a combatir  la gran batalla contra Melko en Erumáni y a abrir las puertas de Valinor. Se dará luz nuevamente a Laurelin y Silpion y. una vez destruido el muro de montañas, un suave resplandor cubrirá todo el mundo y se hará recobrar su brillo al Sol y la Luna. Si los Hombres los combaten y ayudan a Melko, sobrevendrá la destrucción de los Dioses y con ello el fin de las hadas... y tal vez el Gran Final. Si se volviera a dar luz a los Árboles, sería fácil atravesar todos los senderos que conducen a Valinor -y los Mares Sombríos quedarían abiertos y despejados-, y tanto los Hombres como los Elfo conocerían la bienaventuranza de los Dioses, y Mandos quedaría vacío.

Así pues pasa el tiempo y Eriol se casó con Naimi, sobrina de Vairë y tuvieron un hijo, Heorrenda quien fue un medio Elfo.

En esa época los Elfos Perdidos de las Grandes Tierras se rebelaron nuevamente contra el dominio de los vasallos de Melkor. Aún no había llegado el momento de la Partida, pero las hadas la consideraron necesaria. A través de Ulmo, consiguieron que Uin (la gran ballena) les ayudara, y levantaron Tol Eressëa y la llevaron a las inmediaciones de las Grandes Tierras, cerca del promontorio de Rôs. Construyeron un puente mágico que cruzó el brazo de mar que hay en el medio.Pero esto enfureció a Ossë por la destrucción de las raíces de la isla que colocó allí tanto tiempo atrás (y alrededor de ella crecen muchos de sus extraordinarios tesoros marinos) y trató de arrancarla de donde se encontraba para llevarla a donde estaba originalmente; y la mitad occidental se separó y ahora es la Isla de Íverin (Irlanda). Tol Eressëa ocupa ahora el lugar en que se encuentra Inglaterra.

La Batalla de Rôs: los Elfos de las Islas y los Elfos Perdidos se enfrentaron a los Nautar, los Gongs y los Orcos y a unos cuantos Hombres malvados pero fueron derrotados. Debilitados, los Elfos se retiraron hacia Tol Eressëa y se ocultaron en los bosques.

Los Hombres llegaron a Tol Eressëa y también Orcos. Enanos, Gongs. Trolls, etc. después de la Batalla de Rôs. los Elfos se alejaron apesadumbrados ya que no pueden vivir en un lugar donde tantos Hombres como ellos, o más aún, respiran el mismo aire; y mientras los Hombres adquieren más poder y se vuelven más numerosos, las hadas decaen y se empequeñecen y van desapareciendo, volviéndose tenues y transparentes, en tanto que los Hombres crecen y se vuelven más torpes y corpulentos. Finalmente los Hombres, o casi todos, ya no alcanzan a ver a las hadas.

Los Dioses viven ahora en Valinor y muy pocas veces van al mundo, porque les basta con evitar que los elementos destruyan por completo a los Hombres. Sufren mucho por lo que ven; pero Ilúvatar ejerce su dominio sobre todo lo que existe.


En ese entonces se dio lugar la Batalla del Páramo del Fondo de los Cielos (Ladwen-na-Dhaideloth) no lejos de Tavrobel, y  Eriol fue testigo de la batalla y escribió su última anotación del Libro Dorado de Tavrobel. Esta dice lo siguiente:
Y ahora está próximo el fin de los buenos tiempos y he aquí que toda la hermosura que aún existía en la tierra -fragmentos de la inconcebible belleza de Valinor, de donde surgió el linaje de los Elfos en tiempos muy remotos- desaparece por completo. Aquí se entrelazan unos pocos cuentos, recuerdos mal transmitidos de toda esa magia y esos prodigios y de Eldamar, que llegué a conocer mejor que todos los demás hombres mortales desde la primera vez que mi andar errante me llevó a esa triste isla. 
De esa última batalla en el elevado páramo cubierto por el amplio cielo -ningún otro paraje bajo los azules pliegues del manto de Manwë estaba tan cerca de los ciclos o tan bien cubiertos o tenía una cúpula más bella- os he contado todos los hechos funestos de que fui testigo. 
Los Elfos van desapareciendo acongojados y la Partida ha tenido un desastroso fin, y sólo Ilúvatar sabe si alguna vez volverán a brillar los Árboles mientras el mundo siga existiendo. Me alejé por la noche del páramo donde reinaba la destrucción y mis pasos me llevaron presurosos y serpenteantes por el valle del Arroyo de Cristal, pero el humo de los incendios ennegreció el ocaso y la pestilencia y la inmundicia de la lucha de los hombres cubrían las aguas del río. Mi corazón se entristeció al ver que los vientos dejaban al descubierto el esqueleto de la buena tierra, allí donde las manos destructoras de los hombres habían arrancado los brezos y los helechos y los habían quemado para hacer ofrendas a Melko y por sus ansias de destrucción; y los lugares donde en épocas remotas se apiñaban las abejas que canturreaban todo el día entre los tojos y las matas de arándanos y que transportaban la rica miel hacia Tavrobel se habían cubierto de fosos y montículos de dura tierra roja y nadie cantaba ni danzaba allí, donde sólo había humores malsanos e insectos pestilentes. 
Entonces el Sol murió y he aquí que llegué al bosque más encantador, donde en otros tiempos había habido robles eternos que se elevaban enhiestos entre las nuevas hayas y los delicados abedules, pero todos habían caído bajo las crueles hachas de hombres insensatos. ¡Pobre de mí!, el sendero estaba cubierto de sortilegios, música y hechizos que serpenteaban por el lugar, y por allí solían salir a cazar los Elfos. Muchas veces los había visto allí y Gilfanon también estaba, y parecían reyes cuando salían de caza y la belleza de sus rostros cubiertos por el sol era como el comienzo de un nuevo día y el viento en sus cabellos dorados como el esplendor de flores brillantes que se agitan al alba, y la potente melodía de sus voces como el mar y las trompetas y el sonido de muchas violas e innumerables arpas doradas. Y volví a ver a los del pueblo de Tavrobel bajo la Luna, cuando cruzaban cabalgando o bailando el valle entre los dos ríos, donde el puente gris atraviesa las aguas que se unen; y avanzaban veloces como si fuesen cubiertos de sueños, adornados de gemas parecidas a las grises gotas de rocío entre la hierba, y en sus blancas vestiduras se reflejaban los largos rayos brillantes de la Luna y sus lanzas flameaban con fulgores plateados. Y ahora el dolor ha caído sobre los Elfos. 
Tavrobel ha quedado vacía y todos han huido, por temor al enemigo que se encuentra en el páramo devastado, a menos de una legua de distancia: que tiene las manos manchadas con la sangre de los Elfos y es culpable de haber dado muerte a los de su propio linaje, que se ha convertido en un aliado de Melko y en el Señor del Odio, que ha luchado junto a los Orcos y los Gongs y los detestables monstruos del mundo... ciego e insensato, cuya única ciencia es la destrucción. Ha transformado los senderos de las hadas en caminos polvorientos por donde la codicia se arrastra lentamente y ningún hombre saluda a otro en el camino, sino que pasa taciturno por su lado. Así se debilitan los Elfos y, debido a las aguas que rodean esta isla y aún más por su insaciable amor por ella, sólo unos pocos huirán de allí, pero mientras los hombres prosperan y se enriquecen en ese lugar y se vuelven cada vez más ciegos, van debilitándose más y empequeñeciéndose; y los que vengan después se burlarán y dirán: ¿Quiénes son las hadas? -mentiras que mujeres u hombres insensatos cuentan a los niños-, ¿quiénes son esas hadas? Y unos pocos responderán: Recuerdos que se esfuman, un espectro de rastros de hermosura en los árboles, un susurro en la hierba, un destello de rocío, una sutil cadencia del viento; y otros, aún menos, dirán «Las hadas son muy pequeñas y delicadas ahora, pero tenemos ojos para ver y oídos para escuchar, y todavía hay muchas de esa encantadora estirpe en Tavrobel y Kortirion. La primavera las conoce y el verano también y en el invierno aún moran entre nosotros, pero la mayoría de ellas aparece sobre todo en el otoño, porque el otoño es su estación puesto que han llegado al otoño de sus vidas. ¿Cómo serán los soñadores de la tierra cuando llegue su invierno?

¡Escuchad, hermanos míos!, dirán, se oyen las pequeñas trompetas; oímos la música de instrumentos tan pequeños que es imposible imaginarlos. Como ráfagas de viento, como semitransparencias místicas, Gilfanon, el Señor de Tavrobel, sale a cabalgar entre los suyos esta noche y persigue al venado élfico bajo el cielo que va palideciéndose. Una melodía de pasos olvidados, un fulgor de hojas, una ola de hierbas reverentes y voces melancólicas que susurran en el puente, y ya han desaparecido. Pero Tavrobel no reconocerá su propio nombre y toda la tierra cambiará, e incluso todas estas palabras que escribo se perderán; y entonces dejo la pluma y los espíritus cesan de hablar.

Esta fue lo último que escribió Eriol en el Libro Dorado de Tavrobel. Los Elfos se debilitaron lentamente y se volvieron invisibles a los ojos de casi todos los Hombres. El Sol Mágico ha muerto y la Isla Solitaria fue devuelta a los confines de las Grandes Tierras, y las hadas se han esparcido por todos los vastos caminos inhóspitos del mundo; y ahora los Hombres moran aún en esta isla, y no les preocupan los días de antaño, ni nada saben de ellos. Sin embargo, hay todavía algunos Eldar y Noldoli de otro tiempo que se han quedado en la isla, y en las costas de la tierra que una vez fue la más bella morada de los inmortales aún se escuchan sus cantos.

Y les parece a las hadas y me parece a mí, que conozco esa ciudad y he andado a menudo por sus caminos, que el otoño y la caída de las hojas es la estación del año donde quizás aquí y allá el corazón de algún hombre pueda abrirse, y alguna mirada perciba cómo ha decaído el estado del mundo desde la altura de la risa y la belleza de antaño. Pensad en Kortirion y entristeceos..., y, sin embargo, ¿no hay ninguna esperanza?

Los hijos de Eriol, Hengest, Horsa y Heorrenda- conquistaron la isla y ésta se convirtió en «Inglaterra». No fueron enemigos de los Elfos y transmitieron a los ingleses «la auténtica tradición de las hadas».

Así fue como, a través de Eriol y de sus hijos, el engle (el idioma inglés) transmite la auténtica tradición de las hadas, de las que los Iras y los Wéalas (los irlandeses y los galeses) dicen cosas inconexas. De esta manera nace una tradición sobre las hadas que es específicamente inglesa, más autentica que todas las conocidas en las tierras celtas.

Kortirion, el lugar donde antaño vivían las hadas, llegó a ser conocida como Warwick en la lengua de los ingleses; Hengest vivió allí. Horsa vivió en Taruithorn (Oxford) y Heorrenda en Tavrobel (Great Haywood).  Heorrenda terminó de escribir el Libro Dorado

Muchos años después, el joven Tolkien, regresando de la guerra de Francia, llego a Great Haywood junto con su esposa Edith y en la cubierta de un cuaderno barato escribió con un lápiz grueso y azul el título que había escogido para la mitología. "El libro de los Cuentos Perdidos"




martes, 27 de octubre de 2015

La Mortalidad y la Inmortalidad en ESDLA



Seguimos con la segunda parte del especial de día de muertos, celebración que hacemos a nuestros seres queridos que nos han tenido que dejar. En esta ocasión me centraré en la obra de El Señor de los Anillos (ESDLA) que indudablemente es la la obra narratológica por excelencia del profesor Tolkien.

Comencemos por preguntarnos acerca del tema principal de ESDLA. ¿Acaso se trata de la lucha del bien contra el mal? o ¿la corrupción que causa el poder? Las respuestas pueden ser diversas e incluso depende de quien lea la obra, desde visiones históricas hasta ecologistas. Sin embargo para Tolkien todos esos elementos eran solo partes que componían su obra, pero siempre hubo un tema fundamental que declaró en algunas cartas.
"Si se me pregunta, diría que el cuento no trata realmente del Poder y el Dominio: eso es sólo lo que pone las ruedas en marcha; trata de la Muerte y el deseo de inmortalidad. ¡Lo que apenas es más que decir que se trata de un cuento escrito por un Hombre!" [Carta 203]
ESDLA es entonces un ensayo de estética lingüística sobre la muerte y la inmortalidad. Dos conceptos antagónicos y sobre los cuales los elfos y los hombres basan sus deseos y donde recae su sufrimiento. Si bien en nuestro mundo se suele pensar en la inmortalidad como una manera de perdurar por siempre y escapar a la muerte, también se ve como algo inconcebible y que pasa a desvaneserse como un simple sueño de niños que debe ser olvidado. Sin embargo, en la tierra media, la inmortalidad es algo real pues los elfos y hombres coexisten y a la vez, poco entienden el uno del otro. Tolkien siempre intentó tener consistencia en sus historias para que fueran lo más creíbles y desde el inicio de la mitología vio a los elfos y los hombres como los hijos de Dios y durante toda su vida reflexionó sobre los cambios que habría en la forma de pensar de los pueblos al existir esta dualidad de seres habitando el mundo. 

Los elfos fueron los primeros en llegar a la Tierra bajo el cielo iluminado por las estrellas. Tienen un gran conocimiento y una belleza inigualable y fueron agraciados con el Don de la Inmortalidad. Por su parte, los hombres nacieron bajo los primeros rayos del sol y fueron bendecidos con el Don de la Mortalidad. 

Ambos dones son difícilmente entendidos por quienes los poseen y por tanto sus deseos son muy diferentes. Los hombres anhelan ante todo la inmortalidad, perdurar por siempre en el mundo que de alguna forma es el deseo de cualquier artista pues es lo más cerca que se puede estar de la inmortalidad. Sin embargo los grandes artistas son los elfos en los cuales podemos ver la estética en su más pura expresión, pues ellos son la obra que permanece en el mundo hasta el final de los días. Ellos ven a los mortales pasar en el mundo como hojas que caen de un árbol año con año y su deseo se basa en conservar lo que les parece hermoso tanto como puedan. De ahí que Fëanor  atrapara la luz de los árboles en los Silmarili, o que Galadriel tuviera un frasco donde se atrapó la luz de Earendil y este mismo deseo fue el que llevó a los elfos (sobre todo Celebrimbor) a forjar los anillos del poder.



Estos anillos están basados en el deseo de las diferentes razas y fueron concebidos como una forma de alcanzar aquello que más anhelaban. Por su parte los enanos tendrían grandes fortunas materiales al poseer los anillos y donde quiera que excavaran encontrarían joyas, oro, gemas y cualquier metal precioso. Los hombres tendrían la inmortalidad del cuerpo, tal como los elfos o mejor dicho, una longevidad tan grande como la vida de Arda. Finalmente los anillos de los elfos darían el poder de conservar y curar las cosas del mundo para que pudieran perdurar hermosas por siempre. El anillo de Galadriel, Nenya, permitió que Lothlorien se conservara al paso del tiempo durante muchas edades. El anillo de Elrond, Vilya logró curar las heridas que sufrían los cuerpos mortales que tenían los elfos. Finalmente Narya, el anillo de Fuego, fue concebido para reencender el espíritu como una llama que necesite avivarse.

Pero existe un gran precio por obtener lo que uno desea. En la filosofía budista se dice que el deseo y el anhelo es la fuente del sufrimiento y para poder eliminar el sufrimiento se debe eliminar lo que lo origina, por lo cual tienden a liberarse de cualquier atadura al mundo físico para tener una paz espiritual. Sin embargo los anillos del poder tomaron el camino contrario, pues si bien existía un deseo que causaba sufrimiento, el hecho de mitigarlo cumpliendo el deseo los llevaría a un sufrimiento aun mayor, incluso aunque Sauron no forjara el anillo del poder. Tal fue el caso de los elfos sobre los cuales el anillo único no tenía un poder absoluto y podían usarlos sin ser muy afectados.

El precio que pagaron los enanos fue el que conlleva la codicia misma y que se ve reflejada en la famosa "Enfermedad del dragón" o algo parecido al Rey Midas quien convertía en oro todo lo que tocaba. Además despertaron grandes calamidades que habían estado ocultas durante muchos años y que los llevó a la desolación. Destaca también que a pesar de que Sauron les dio los anillos a los enanos, estos jamás cedieron su voluntad lo cual enfureció a Sauron y decidió recuperar los anillos.

Los hombres obtuvieron la inmortalidad pero fueron dominados por el anillo del poder. Su voluntad cedió fácilmente convirtiéndolos en esclavos del anillo. Los Nazgul o espectros del anillo. El mismo Gollum fue dominado en gran medida por la voluntad del anillo único.

El precio que pagaron los elfos fue mucho más grande. El haber usado los anillos les concedió su deseo de mantener las cosas intactas al paso del tiempo, pero también los llevó a su desvanecimiento en la Tierra Media a tal grado que al final de la Tercera Edad quedaron muy pocos. Incluso saben que la destrucción del anillo único sellará su destino, pues los anillos perderán el poder que tenían.

Esto nos deja claro que hay que tener cuidado con lo que uno desea y pensar si realmente eso nos hará felices. De cualquier modo siempre existirá la tristeza y el sufrimiento. Basta con ver la historia de los elfos para descubrir unos seres crepusculares y melancólicos. Se ha explicado antes que su "inmortalidad" en realidad es una longevidad tan grande como la vida de Arda, no solo de cuerpo sino también en espíritu (lo cual explica la conexión tan grande que tienen con la naturaleza ya que están atados al mundo) pero también llegarán a un final, tanto su cuerpo como su espíritu, mientras que, según se les ha dicho, los hombres a pesar de tener una vida efímera en el mundo, su espíritu será realmente inmortal en cuanto a que no desaparece al final de los días y no está sometida a los límites del mundo (lo cual explica el porque los hombres siempre buscan ir más lejos y lograr metas más ambiciosas) y en este aspecto los elfos (y los mismos Ainur) llegan a envidiar a los hombres. Sin embargo los hombres nunca han sabido de alguien que haya regresado de la muerte que les cuente sobre esta inmortalidad, por lo cual solo queda una vana esperanza que se va desvaneciendo al igual que los elfos de la Tierra Media y su deseo de alcanzar la inmortalidad se vuelve más grande rechazando así el Don de Iluvatar.

Regresando a ESDLA podemos ver a Legolas hablando de la melancolía que siente sobre el paso del tiempo y el final de los días:

"No, el tiempo nunca se detiene del todo -dijo-, pero los cambios y el crecimiento no
son siempre iguales para todas las cosas y en todos los sitios. Para los elfos el mundo se mueve y es a la vez muy rápido y muy lento. Rápido, porque los elfos mismos cambian poco y todo lo demás parece fugaz; lo sienten como una pena. Lento, porque no cuentan los años que pasan, no en relación con ellos mismos. Las estaciones del año no son más que ondas que se repiten una y otra vez a lo largo de la corriente. Sin embargo todo lo que hay bajo el sol ha de terminar un día." (La Comunidad del Anillo)

Pero quizá quienes entienden mejor el drama de la mortalidad y la inmortalidad son Aragorn y Arwen. Por un lado Arwen renuncia a su vida inmortal por amor a Aragorn pero aun así debió soportar la pérdida de su ser querido que abandonó el mundo antes que ella, no por debilitamiento sino por decisión propia.

"[...] hasta ahora no había comprendido la historia de tu pueblo y la de su caída. Me burlaba de ellos, considerándolos tontos y malvados, mas ahora los compadezco al fin. Porque si en verdad éste es, como dicen los Eldar, el don que el único concede a los Hombres, es en verdad un don amargo." (Apéndices ESDLA)

Por su parte Aragorn comprendió el don de la mortalidad sin llegar al desespero como lo hizo Arwen y tuvo la dicha de elegir voluntariamente el momento de partir.
"[...] Con tristeza hemos de separarnos, mas no con desesperación. ¡Mira! No estamos sujetos para siempre a los confines del mundo, y del otro lado hay algo más que recuerdos. ¡Adiós!" (Ibidem)

Este destello de esperanza por parte de Aragorn y Arwen nace de alejarse de los anhelos propios de sus razas en lugar de buscar como obtenerlos y si bien los Elfos se desvanecieron para dar lugar al reino de los hombres, su legado sobre este Espejo de concepciones entre la Mortalidad y la Inmortalidad es invaluable. En palabras del profesor:
"Un divino «castigo» es también un divino «don» si se lo acepta, pues su objetivo es la bendición final, y la suprema inventiva del Creador hará que los «castigos» (es decir, el cambio de designio) produzcan un bien no alcanzable de otro modo: un Hombre «mortal» tiene probablemente (diría un Elfo) un destino más alto, si bien no revelado, que un ser longevo. Intentar por algún recurso o «magia» recuperar la longevidad es, pues, la suprema locura y maldad de los «mortales». La longevidad o la falsa «inmortalidad» (la verdadera inmortalidad está más allá de Eä) es el principal anzuelo de Sauron: convierte a los pequeños en un Gollum, y a los grandes en un Espectro de los Anillos" (Carta 212)



jueves, 15 de octubre de 2015

Los Dioses de la Muerte y el Destino de los Elfos y los Hombres

Se acerca la celebración del día de muertos, en la cual muchos aquí en México (y algunos paises de centroamérica) festejamos a los difuntos comiendo un delicioso pan de muerto acompañado de un rico chocolate mientras recordamos a nuestros serés queridos y como homenaje de ello veremos algunas de las ideas que tuvo Tolkien para responder la pregunta del Destino de Elfos y Hombres después de la muerte.

Al ser un tema tan extenso lo repartiré en 3 partes que comprenderán el desarrollo desde los primeros escritos hasta el final de la vida del Profesor

En esta primera parte empezaremos con las ideas que tuvo Tolkien entre 1917 y 1930. En esta época se fue formando el legendarium y dando los primeros avances al Ainulindalë. Tenía la intención de crear una mitología para Inglaterra dando los origenes de la isla británica. Surgieron los elfos apartir de una lengua que apareció en sus sueños (posteriormente Quenya) y tuvo siempre la firme idea de que las lenguas crean historias, en lugar de que se crearan lenguas para las historias inventadas (como el caso de escritores de alta fantasía posteriores). Los elfos (o gnomos) se definieron como seres inmortales, altos y hermosos como ningún otro. Junto con ellos existieron los Hombres cuyo destino fue marcado por la mortalidad.

Todo comienza con un mito cosmogónico: la Música de los Ainur. Se revelan Dios (Iluvatar) y los Valar (o poderes anglificados como dioses). Éstos son, como si dijéramos, poderes angélicos cuya función consiste en ejercer la autoridad en sus esferas (de regencia y gobierno, no de creación, hechura o rehechura). Desde el inicio Tolkien uso esta idea y la mantuvo con pocos cambios hasta el final de su vida. Las palabras de Iluvatar son:
«He aquí que amo al mundo, y es éste un recinto de juegos para los Eldar y los Hombres, que son mis bienamados. Pero cuando lleguen los Eldar serán con mucho las más hermosas y las más amables de todas las criaturas; irán más hondo en el conocimiento de la belleza y serán más dichosos que los Hombres. Pero a los Hombres les otorgaré un nuevo don, más grande todavía». Por tanto dispuso que los Hombres tuvieran una libre virtud por la que dentro de los límites de los poderes y las sustancias y las oportunidades del mundo pudieran modelar y proyectar su vida, aun más allá de la original Música de los Ainur. que para toda otra cosa es destino.
Esto no significa que los elfos carezcan de libre albedrío, sino que su vida está atada a la vida de Arda. Una longevidad que llega a confundirse con la inmortalidad real, mientras que los Hombres permanecen un corto tiempo en el mundo.

Se dijo que los elfos podían morir si su cuerpo era herido de gravedad (tal como los hombres) pero su destino después de la muerte era muy diferente. Se dijo que los Elfos esperan en los recintos de Mandos hasta que Vefántur (Valar de la muerte) los libera decretando que renazcan en sus propios hijos.

Ahora bien, dentro de los Valar hubo dos que eran encargados del mundo de los muertos. Fantur de la Muerte, Vefántur Mandos y Fui Nienna, Señora de la Muerte (destaca que en estos años aun no aparecía Vairë, la tejedora, entre los Valar). En sus estancias se decreta, como ya se dijo, el renacimiento de los elfos.


En el caso de Fui Nienna, sin embargo, nos encontrarnos con ideas que entran en profunda contradicción con el pensamiento central de la posterior mitología. Nienna es la juez de los Hombres en sus recintos, que tienen el nombre de Fui, según ella misma se llama; y a algunos los retiene en la región de Mandos, mientras que la mayor parte aborda la negra nave Mornië, que no hace otra cosa que trasladar a estos muertos a lo largo de la costa hasta Arvalin, donde yerran en la penumbra esperando el fin del mundo. Pero a otros aun los envía a Melko con el que han de sufrir «malos días» en Angamandi Finalmente (esto es lo más extraordinario) hay muy pocos que van a vivir entre los Dioses en Valinor.
Pocos son y felices en verdad aquellos a los que se manifiesta Nornorë [Posteriormente Fionwë], el heraldo de los Dioses. Van entonces con él en carrozas o montados en magníficos caballos al valle de Valinor y se reúnen en los recintos de Valmar, morando en casa de los Dioses hasta la llegada del Gran Final. Se encuentran muy lejos de las montañas negras del norte o de las llanuras neblinosas de Arvalin, y la música y la luz clara les pertenecen, y en ellas se deleitan.
Encontramos un paralelismo muy obvio, porque las ideas extraídas de la teología cristiana están presentes de manera explícita, entre el Cielo (Valinor) el purgatorio (Arvalin) y el infierno (Angamandi). Mientras que las estancias de Mandos es donde reciden las almas de los elfos hasta que decidan ser regresados al mundo. 

La nave negra Mornië es la que lleva a los Hombres muertos al "purgatorio" y deja ver un destello de Valinor que mantiene viva la esperanza para estas almas destinadas a esperar hasta el Gran Final

Entonces, cuando está cargada, por propia iniciativa despliega las velas negras, e impulsada por una suave brisa recorre esas costas. Todos los que están a bordo, al llegar al sur, echan una mirada de nostalgia y dolor a ese lugar entre las montañas donde es posible tener un atisbo de la distante llanura de Valinor; y esa abertura está cerca de Taniquetil, donde se encuentra la ribera de Eldamar. No ven nada más de ese luminoso lugar, y son arrastrados hacia las amplias llanuras de Arvalin. Allí van de un lado a otro en la sombra, acampando donde pueden; no obstante conocen el canto, y alcanzan a ver las estrellas, y esperan pacientes la llegada del Gran Final. 
Una vez que llegan a las llanuras de Arvalin (lugar donde moraba Ungoliant antes de la caida de los Árboles, llamado también Habbanan), la espera es larga y dolorosa. Tolkien hizo un poema  pensando en esas almas de Hombres. Se titula Habbanan bajo las estrellas

En Habbanan bajo los cielos
donde terminan todos los caminos, aun los más largos,
hay un sonido de guitarras distantes
y distantes ecos de una canción,
porque allí los hombres danzan
alrededor del fuego rojo mientras canta una voz...
Y la noche los envuelve.

No una noche como la nuestra, pobres desdichados,
donde cerca de la Tierra en brumosa valla
se despliega una niebla que envuelve las estrellas
como delgado humo errante
oscureciendo con su velo apenas visible
la quieta serenidad de los abismos.

Un globo de vidrio oscuro facetado de luz
en el que huyen los vientos crepusculares;
espacios no hallados de una planicie olorosa
que vigila la luna mucho tiempo tendida
y recibe la ígnea lluvia de meteoros...
Tal es allí la noche.

Allí de un golpe advirtió mi corazón
que los que cantan en la Víspera,
los que responden a la luz de las estrellas
con la luminosa música de extrañas guitarras
eran los hijos felices de andar errabundo
acampados en esos prados etéreos
donde el inmaculado vestido de Dios
recubre glorioso las poderosas rodillas.



Estos pasajes son muy confusos pues denotan un gran dolor y desespero ante el Don de Iluvatar. Algunos dicen que las ideas judeocristeanas en el legendarium de Tolkien fueron concebidas antes de la idea del Don de la Muerte y que posteriormente fueron abandonadas. Sin embargo hay muchos detalles lingüisticos que indican lo contrario. Entonces ¿Existe esperanza detrás de todo este dolor?

En el Ainulindalë da una referencia a la Segunda Música, que es la esperanza de los hombres después del Gran Final, aunque a los elfos no se les da ninguna certeza. 
Se dice que una [música] con mucho más poder se entretejerá ante el trono de Ilúvatar por los coros tanto de los Ainur como de los hijos de los Hombres después del gran final. Sin embargo, mientras que los Hijos de los Hombres se unirán al cabo del curso de todas las cosas a la Segunda Música de los Ainur, qué les destinaba Ilúvatar a los Eldar más allá del fin del mundo, no lo ha revelado a los Valar siquiera, y Melko no ha podido descubrirlo. 
La idea de la mortalidad y la inmortalidad han estado presentes desde el inicio de la obra de Tolkien y han ido cambiando con el tiempo hasta el final de sus días. En la siguiente parte abordaremos como fue esta concepción al escribirse El Señor de los Anillos.

domingo, 27 de septiembre de 2015

La Eucatástrofe de Los Hijos de Hurin



Túrin Turambar turum ambartanen


Alerta de Spoiler. El contenido de esta entrada devela hechos contenidos al final de Los Hijos de Hurin y El Silmarillion. Si no quieres saber como termina la historia ¡No sigas leyendo!


martes, 11 de agosto de 2015

Aiya Earendil, Elenion Ancalima


Eala Earendel engla beorhtast

Ofer middangeard monnum sended

(Salve, Earendel, el más brillante de los ángeles.

Enviado a los hombres sobre la tierra media)

"Sentí una curiosa excitación- dijo Tolkien más tarde - como si saliendo de un sueño algo se agitara dentro de mí. Detrás de aquellas palabra había algo muy remoto, raro y hermoso, si podía asirlo, algo que estaba mucho más allá del antiguo inglés" (JRR Tolkien: Una biografía, H. Carpenter)

Con este poema inició la Tierra Media como muchos saben. Una estrella que provenía de una leyenda muy antigua. Tolkien sabía que la palabra Earendel significaba "estrella del amanecer" y llegó a la conclusión de que se trataba de una estrella que anuncia el nacimiento del alba, apareciendo antes que el sol y la estrella de la tarde que se puede ver antes de que caiga la noche. Venus. Así inicio la mitología de middangeard La Tierra Media.

Lo que haré ahora será presentar la leyenda desde diferentes perspectivas de los personajes del Legendarium. Para ello veremos diferentes libros de Tolkien y copiaré los fragmentos que se refieren al momento del ascenso de Earendil. 

Empezaremos con El Silmarillion (perspectiva de los Noldor)

Cuando por primera vez Vingilot se hizo a la mar del cielo, se elevó de pronto, refulgente y brillante; y la gente de la Tierra Media lo vio desde lejos y se asombro, y lo tomaron por signo y lo llamaron Gil Estel, la estrella de la Gran Esperanza. Y cuando esta nueva estrella fue vista en el crepúsculo, Maedhros le habló a su hermano Maglor y le dijo - ¿No es acaso un Silmaril, que brilla ahora en el Occidente?. -Y Maglor respondió: - Sí es en verdad el Silmaril que vimos hundirse en el mar y que se eleva otra vez por el poder de los Valar, regocijémonos entonces; porque su gloria es vista ahora por muchos y no obstante está más allá de todo mal. - Entonces los elfos miraron hacia arriba y ya no desesperaron.

Pero antes de eso hubo un elfo que presagió el ascenso. (perspectiva de Cirdan)
Entonces se pasó largo tiempo contemplando el mar y era de noche, pero a lo lejos podía ver un destello de luz sobre Eressea, antes de que se desvaneciera en el Oeste. Entonces exclamó en voz alta: "Seguiré esa luz y si nadie me acompaña, lo haré solo, porque el barco que he estado construyendo está casi terminado" Pero mientras lo decía recibió un mensaje en el corazón, porque sabía que venía de los Valar, aunque el lo recordaría como una voz que hablaba en su propia lengua.Y la voz le advirtió que no se enfrentara a ese peligro porque su fuerza y habilidad no podrían construir ningún barco capaz de enfrentarse a los vientos y las olas del Gran Mar hasta muchos años después. "Espera que llegue ese momento, porque entonces tu trabajo tendrá un valor incalculable y será recordado en las canciones durante muchas edades" "Obedezco" respondió Cirdan y entonces creyó distinguir (en lo que quizás era una visión) una silueta parecida a un gran navío que brillaba delante de él y navegaba hacia el Oeste atravesando el aire y mientras decrecía en la distancia parecía una estrella con un brillo tan grande que arrojaba la sombra de Cirdan sobre la arena donde estaba. (Últimos Escritos. HTM IX).

Y los hombres también vieron el suceso que los llevó a Numenor (perspectiva de los Hombres)

Y los Eruhil que aguardaban en las costas contemplaron su luz y supieron que era la señal de Earendil. Y la esperanza y el coraje renacieron en sus corazones; y reunieron los barcos, grandes y pequeños, y todos los bienes que poseían, y se internaron en las aguas profundas en pos de la estrella. Y había una gran quietud en aquellos días y todos los vientos estaban calmos. Y los Eruhil llegaron a la tierra que les había sido dispuesta. y se regocijaron. Y lo llamaron Andore, la tierra del Don, aunque posteriormente se la llamo sobre todo Numenore, Oesternesse. (El hundimiento de Andadune. HTM VI)
Entonces los Edain se hicieron a la vela sobre las aguas profundas, detrás de la Estrella; y los Valar pusieron paz en el mar por muchos días, y mandaron que el Sol brillara, y enviaron vientos favorables, de modo que las aguas resplandecieron ante los ojos de los Edain como ondas cristalinas, y la espuma volaba como la nieve entre los mástiles de los barcos. Pero tanto brillaba Rothinzil, que aun por la mañana los Hombres podían ver cómo resplandecía en el Occidente, y brillaba solitario en las noches sin nubes, porque nada podían las estrellas a su lado. Y navegando hacia él, al cabo de múltiples leguas de mar los Edain llegaron a la vista de la tierra que les estaba preparada, Andor, la Tierra del Don, que resplandecía en vapores dorados. Entonces abandonaron el mar, y se encontraron en un campo hermoso y fructífero, y se alegraron. Y llamaron a esa tierra Elenna, que significa Hacia las Estrellas, pero también Anadûnê, que significa Promontorio del Occidente, Númenórë en Alto Eldarin. (Akallabeth. El Silmarillion)

 Aun en edades posteriores se siguen cantando canciones sobre Earendil como nos lo recuerda Bilbo en El Señor de los Anillos.
"De las altas colinas de Evereven. donde hay dulces manantiales de plata. las alas lo llevaron, como una luz errante. más allá del Muro de la Montaña. Del fin del mundo entonces se volvió. deseando encontrar otra vez. La luz del hogar navegando entre sombras. y ardiendo como una estrella solitaria. fue por encima de las nieblas. como fuego distante delante del Sol. maravilla que precede al crepúsculo. donde corren la agua de Norlanda. Y así pasó sobre la Tierra Media y al fin oyó los llantos de dolor de las mujeres ya las vírgenes élficas. de los Tiempos Antiguos, de los días de antaño. Pero un destino implacable pesaba sobre él: hasta la desaparición de la Luna. pasar como una estrella en órbita. sin detenerse nunca en las orillas. donde habitpan los mortales, heraldo de una misión que no conoce descanso llevar allá lejos de la claridad resplandeciente. la luz flamígera de Oesternesse." (ESDLA La Comunidad del Anillo)

Uno de los primeros poemas de Tolkien (quizá el primero en 1914) dice:

"Entonces Eärendel huyó del terror del Marino más allá de los límites de la sombría tierra, otra vez sobre el borde del Océano opaco y allá detrás del mundo desplegó su velamen; y oyó los regocijos de los pueblos terrenos y el caer de sus lágrimas, mientras el mundo retrocedía entre despojos turbios en su viaje a lo largo de los años.  Entonces se alejó brillando hacia el vacío como candil aislado en medio de los mares, lejos de la visión de los hombres mortales inició su camino errante y solitario, recorriendo las huellas del Sol en su galeón a través del firmamento sin senderos, hasta que ondeó su luz en los fríos abismos y su impaciente llama se extinguió" (Cuentos Perdidos II) 
Además los marineros le cantan en sus viajes. Los marineros felices:
¡Oh!, marineros felices que vais en largo viaje a los grandes portales de las costas del Oeste donde en la lejanía bullen miles de fuentes y contra las puertas de la Noche con cabezas de dragones caen brillando hacia el abismo en espuma estelar. Mientras yo solitario miro allende la Luna desde mi blanca torre rodeada por los vientos, donde no reposáis y nunca esperáis nada, pues fragmentos de cantos de una mística nota atraviesan las sombras y los mares temibles allende tierras lóbregas hacia prados fantásticos donde en la jacintina muralla del espacio las estrellas se enredan y entrelazan. Seguid a Eärendel por el poniente, al marino brillante hacia islas benditas; mientras de más allá de ese borde sombrío un viento ya regresa a golpear los cristales y murmura con magia sobre lluvias doradas cayendo eternamente en espacios opacos.(Los Cuentos Perdidos II)


Al final se cuenta como Galadriel logra capturar la luz de Earendil en un frasco (tal como Fëanor capturo la luz de los árboles en los Silmaril) y se convierte en la joya más preciada de los Eldar capaz de iluminar en cualquier oscuridad. Para encenderla se usan palabras similares al poema que inspiro toda esta historia. "Aiya Earendil Elenion Ancalima" (Salve Earendil, la más brillante de las estrellas).

Y tal como lo llamó Eonwe, heraldo de Manwe:
–¡Salve, Eärendil, de los marineros el más afamado, el buscado que llega de improviso, el añorado que viene cuando ya no queda ninguna esperanza! ¡Salve, Eärendil, portador de la luz de antes del Sol y de la Luna! ¡Esplendor de los Hijos de la Tierra, estrella en la oscuridad, joya en el crepúsculo, radiante en la mañana! (Silmarillion)

Espero que les haya gustado esta recopilación de textos y me gustaría leer sus comentarios. En lo personal me gusta mucho el misterio de Earendil y su ascenso al cielo. Símbolo de esperanza para los pueblos libres no solo de la Tierra Media. 

Tolkien y los juegos

La dimensión lúdica del hombre Lo primero que nos ponemos a pensar es que la actividad lúdica es intrínseca del ser humano. Nos gusta ...