Frase del día

martes, 28 de mayo de 2019

Juego de Tronos. Una perspectiva de Tolkien





En muchas ocasiones se ha comparado la obra de Tolkien con la de Martin y del mismo modo las películas de Peter Jackson con la serie de HBO. El propósito de este análisis no es ese, sino el de ver si esta obra (aun inconclusa en cuanto a los libros) representa el espíritu de Tolkien

Empezaremos con decir que ambos autores son subcreadores de mundos lo cual resulta algo obvio, pero cobra importancia la verosimilitud y coherencia interna. Escribía Tolkien
Construye un Mundo Secundario en el que tu mente puede entrar. Dentro de él, lo que se relata es «verdad»: está en consonancia con las leyes de ese mundo. Crees en él, pues, estás, por así decirlo, dentro de él. Cuando surge la incredulidad, el hechizo se quiebra; ha fallado la magia, o más bien el arte.  
[Ensayo sobre los Cuentos de Hadas. JRR Tolkien] 
Esto va en contra con la llamada "voluntaria suspensión de la incredulidad" pues a Tolkien le parecía que si el relato se encuentra bien estructurado, no es necesario que uno haga el esfuerzo por creer las cosas que ahí ocurren. Ahora bien, en Canción de Hielo y Fuego los lectores nos hemos sumergido totalmente en la obra que es un vasto mundo lleno de canciones, leyendas y mitos que nos da esa verosimilitud para poder verlo como "verdad" y se puede decir que ha cumplido con ello, sin embargo, la serie de HBO ha dejado muchas incongruencias que han roto la magia, sobre todo en las últimas temporadas por lo que la subcreación ha fallado.

En segundo lugar veremos el uso de la "magia" o las cuestiones sobrehumanas que ocurren en la obra. Para Tolkien, los expertos han dicho que su llamada magia es sutil, moderada y perfectamente coherente y natural con los seres que la realizan dentro del mundo subcreado.

En una entrevista GRR Martin mencionó:
El uso correcto de la magia es uno de los aspectos más difíciles de escribir fantasía. Si está mal hecho, puede desequilibrar fácilmente un libro.
En mi caso, una de las cosas que hice fue regresar y releer el Maestro, J.R.R. Tolkien.
Al releer el SEÑOR DE LOS ANILLOS, me pareció muy contundente que el uso de la magia por parte de Tolkien sea a la vez sutil y moderado. La Tierra Media es un mundo lleno de maravillas, más allá de toda duda, pero en realidad se realiza muy poca magia en el escenario. Gandalf es un mago, por ejemplo, pero él hace la mayor parte de su lucha con una espada.   
De este modo, Martin es totalmente consciente de como debe usar las cuestiones sobrehumanas. El hecho de que Daenerys sea capaz de tolerar el calor es algo sutil. Los aspectos mágicos ocurren en contadas ocasiones por lo que existe la moderación y los seres que realizan lo que podríamos llamar magia son personajes cuyo contexto les permite realizar dichas acciones. Requieren un entrenamiento como Arya al ir a Braavos para ser "nadie" o Bran quien es guiado por el cuervo de los Tres Ojos más allá del Muro. Las deidades no se presentan físicamente pero uno sabe que existen poderes más allá del mundo terrenal. Por ello Martin se lleva otra palomita.

El tercer aspecto es complicado y es la cualidad mítica de la obra. C.S. Lewis al hablar de los mitos en su libro "La experiencia de leer" mencionó ciertas características que definen a un mito. Entre ellos que son fantásticos, con poca identificación o proyección hacia los personajes y de ninguna manera cómicos, pero lo que sin duda es primordial es que contienen un valor en sí mismos independiente de la forma de que se transmiten, es decir, son extraliterarios. En su libro menciona:
La historia de Orfeo impresiona, impresiona muchísimo, por sí sola; el hecho de que Virgilio y otros autores la hayan contado en buenos versos es secundario. Pensamos en ella y nos emociona sin pensar necesariamente en esos poetas ni emocionarnos con sus versos. Sin duda, esa historia sólo puede llegarnos a través de palabras. Pero esto es accidental, en el sentido lógico. Si existiera alguna mímica perfeccionada, algún filme mudo o alguna serie de imágenes capaces de explicarla sin recurrir en ningún momento a la palabra, seguiría afectándonos de la misma manera. 
[La experiencia de leer C.S. Lewis] 
Y más adelante menciona que existen ciertas historias que no son mitos en el sentido antropológico pero poseen cierta "cualidad mítica" y entre ellos menciona al Doctor Jekyll y el Señor Hyde, la puerta en la muralla de Wells y algunos personajes como los Ents de JRR Tolkien.

Ahora bien, en el caso de Martin, su obra de Canción de Hielo y Fuego no contiene la cualidad mítica en su totalidad, tal como El Señor de los Anillos (para Lewis) no la contenía, pero a mi parecer existen ciertos personajes que si que contienen esa cualidad. Para ello someteremos una parte de la historia de Martin a una prueba de resumen en la cual Lewis decía que al resumir un mito a pesar de su exigüedad, produce una impresión muy intensa en cualquier persona sensible que lo leyese sin conocer antes la historia.

Había una vez una princesa exiliada de piel blanca y cabellos dorados llamada Daenerys quien junto con su hermano deseaban recuperar su reino. Para ello se aliaron con el pueblo de jinetes Dothrakis por lo que Daenerys contrajo matrimonio con Khal Drogo y en su boda recibieron tres huevos petrificados de Dragón. 
En una ocasión, Drogo fue herido en combate y Daenerys solicitó ayuda de una hechicera para curarlo, pero su condición empeoró. Desesperada la princesa le pidió a la hechicera que le salvara la vida a cualquier costo y ofreció a su bebé que estaba en su vientre. Ella aceptó el sacrificio y salvó la vida del Khal pero lo dejó en estado vegetal revelando que todo lo había hecho por venganza ya que su pueblo había sido sometido por los Dothraki.  
Ante esto, Daenerys decidió dar muerte ella misma a su marido y mandó a atar a la hechicera en la en la pira funeraria donde entró junto con los tres huevos de Dragón ardiendo toda la noche. Al amanecer y ante el asombro de todos, la princesa se encontró sana y salva surgiendo entre las cenizas y cargando consigo tres crías de dragón.  


No es el mejor resumen, pero a pesar de ello transmite esa impresión intensa de la que hablaba Lewis por lo que podemos decir que, en ciertas ocasiones, Martin llega a dar cualidades míticas a sus escritos.

En cuarto lugar analizaremos la modernidad frente a la naturaleza que en la obra de Tolkien se ve representada sobre todo con la historia de Saruman a quien no le interesan las cosas que crecen, su mente se convierte en metal y ruedas y al final fueron los Ents y la naturaleza quienes le pusieron un freno en seco.
El camino que tomó el mundo en el siglo XX molestaba y preocupaba mucho al profesor quien externó sus pensamientos sobre temas como la Bomba Atómica diciendo que Dios no miraba con buenos ojos a los constructores de Babel. En su obra la naturaleza es quien le pone el alto a quienes quieren controlarla lo cual también es verdad en el mundo primario.
En el caso de Martin, este no presenta situaciones de oposición entre el progreso desmedido de la tecnología y la naturaleza que pone límites para dar cuenta de lo pequeños y humildes que debemos ser por lo que se debe considerar como una diferencia primordial entre ambas obras.


En quinto lugar tenemos el carácter crepuscular de la obra de Tolkien quien plantea situaciones de cambios de era que nos da sensaciones conmovedoras en las que mucho de lo que vemos dejará de existir en el mundo secundario y habrá muchas cosas hermosas que se perderán. Los elfos dejarán de caminar sobre la Tierra Media y con ellos se irán las canciones y recuerdos del mundo antiguo. En Canción de Hielo y Fuego también nos encontramos dentro de un crepúsculo donde vemos el fin de los Hijos del Bosque, de los Gigantes y los últimos dragones. En lo personal creo que en la serie de HBO le faltó más de esa energía crepuscular al igual que a las películas de Peter Jackson. Espero que en los libros, Martin pueda conmovernos más con esta cuestión.



En sexto lugar tenemos la eucatástrofe que es el giro repentino y gozoso que rechaza la derrota final y que logra hacerle contener la respiración al lector, acelerarle y encogerle el corazón y colocarlo casi al borde de las lágrimas. Esto es muy dificil de lograr y depende de la atmosfera del desenlace y da el sentido glorioso al relato. 
Cuando en un relato así llega el repentino desenlace, nos atraviesa un atisbo de gozo, un anhelo del corazón, que por un momento escapa del marco, atraviesa realmente la misma tela de araña de la narración y permite la entrada de un rayo de luz.  
[...] No se trata sólo de un «consuelo» para las tristezas de este mundo, sino de una satisfacción y una respuesta al interrogante: «¿Es eso verdad?». La contestación que di al principio (por demás adecuada) fue: «Si habéis creado bien vuestro propio mundo, sí; en ese mundo es verdad». Eso le basta al artista (o a lo que de artista tiene el artista). Pero una rápida ojeada nos muestra que en la «eucatástrofe» la respuesta puede ser más importante; puede ser un lejano destello, un eco del evangelium en el mundo real. [Ensayo sobre los Cuentos de Hadas. JRR Tolkien]  

En la obra de El Señor de los Anillos (a mi parecer) se consigue eso. El momento del climax en el Monte del Destino nos sobrecoge, nos coloca al borde del desespero cuando Frodo reclama el anillo para sí mismo y lucha con Gollum por él. Al final ocurre el giro gozoso cuando Gollum cae y el Anillo se destruye. 
En cuanto a Juego de Tronos, el final hace lo propio cuando el Rey de la Noche está por capturar a Bran y sentimos que todo está perdido. La música se detiene y contenemos la respiración. Ocurre el giro de gozo cuando Arya salta sobre el Rey de la Noche y lo destruye con su cuchillo. 
Quizá para muchos no fue lo que esperaban y hubo cosas que pudieron mejorar y para otros fue un final satisfactorio. Como bien dije, es algo muy difícil de lograr para un escritor o un director y lo cierto es que ninguna eucatásfrofe es real sino solo atisbos de algo que va más allá de nosotros y se puede considerar divino. Al igual que para Frodo cuya misión estaba destinada a fracasar desde el inicio, para Tolkien y para Martin (y los directores de sus adaptaciones) el final de su relato solo podrá ser un vislumbramiento del verdadero Gozo que tendríamos si la historia fuera verdadera. 


¿Y vivieron felices por siempre?... bueno, en realidad no. Quizá ocurre en los Cuentos de Hadas, pero Tolkien decía que eso era una creación artificial y que ese tipo de finales pueden comparase a los margenes y marcos de los cuadros en obras de arte. La misma obra de Tolkien en ESDLA no termina con esa fórmula porque los personajes no son los mismos que cuando iniciaron. Se han transformado y el mundo lo ha hecho con ellos. Frodo regresa a la Comarca solo para descubrir que no la ha podido salvar pues Saruman la ha atacado del mismo modo que Jon viaja a Kingslanding solo para presenciar que no pudo salvar a toda esa gente. No existe un marco ni un final feliz. Pero ni Frodo es el mismo que era cuando partió de Hobbiton ni Jon es el mismo que cuando dejó Winterfell (así como ninguno de los demás personajes). Ambos hacen lo correcto y sacrifican su futuro a la vez.
Frodo no será quien vea a la Comarca prosperar ni Jon quien reine los Siete Reinos y la vida continúa para todos pero todo es distinto ahora.




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